
Poca gente sabe que pinto, ni qué pinto. Acaso sea porque acostumbro a reservarme esa información, o porque me dedico laboralmente a otra cosa, o porque en mi profesión de historiadora se da más el escribir que el dibujar. De cualquier modo, comencé a esbozar trazos mediante líneas ante la necesidad de expresarme cuando, allá por el año 1998, la lengua escrita y hablada ya no me servían para decir lo que sí me permitía otra nueva vía de expresión, cuya estructura prescindía de palabras y frases, con el lenguaje que sólo las artes permiten articular a su antojo.
Uno de esos resultados pictóricos va a ser expuesto en una exposición colectiva que conmemora el Día de la Mujer, que se inaugura este 8 de marzo, a las 20:30. La muestra aúna obras de diversas féminas, que somos @finaestampa.ro (Rocío), @hiloypapel_marina (Marina Gómez Mut), @piel_colorcanela (Gio Méndez), @priyankarte (Vanesa Garrone), @RocioDuendeArte (Rocío Duende), Sesé Soto (María José Rodríguez) y @LeonorZozaya, que soy yo. Además, según anuncia el cartel, ese día habrá música, poesía, performance y varias sorpresas más (que no desvelo porque también son un misterio para mí). La fiesta está organizada por la polifacética artista Rocío Duende junto con el bar Casa Pueblo (calle de León, 3), en el Barrio de las Letras de Madrid, donde se convoca la celebración. El lugar es todo un clásico de la noche madrileña, que además ha recorrido una amplia trayectoria promoviendo la cultura periódicamente mediante continuas exposiciones temporales y conciertos de música en vivo junto al piano, en su pequeño y cálido escenario entelonado.
La obra que expongo (en la imagen) es una pieza de tinta sobre papel artesanal, titulada “Una de mis grutas de obsesión”, que mide 63×63 cm y que tracé hará unos 20 años (hacia 2005). Tiempo después, ya en 2015, retomé ese dibujo como fondo de escenario de un juego digital de Paleografía que entonces tenía en mente (cuando presenté mi proyecto en un renombrado congreso en Londres[1]). Si la paleografía estudia la escritura antigua, una de mis líneas de investigación histórica pretendía reforzar su enseñanza buscando incentivos lúdico-pedagógicos. De ahí la mezcolanza pionera antaño. La idea quedó en mero proyecto debido a la falta de financiación, pero al menos la describí y cité posteriormente en el siguiente artículo científico, de consulta gratuita, cuya referencia bibliográfica es: Leonor Zozaya-Montes, “NTIC e innovación docente: juegos en soporte digital para complementar el aprendizaje de paleografía”, Revista de Humanidades Digitales, 1 (2017), pp. 170-175 (todo en las pp. 150-180).
Por cierto: ya me han comentado que diversas personas estaban interesadas en comprar este cuadro. Sin embargo, la obra no está en venta. Es propiedad de la autora, que no quiere desprenderse de ella ni tiene necesidad de hacerlo. Así, cuando acabe de estar en la exposición, volverá al espacio del que salió temporalmente. De cualquier modo, agradece el interés mostrado y la gran acogida que está teniendo entre el público.
Retomando la idea de la exposición, a continuación consta el cartel que han hecho para anunciar mi obra (que se amplía símplemente pulsando sobre la imagen). Por cierto, Casa Pueblo mantendrá la exposición colectiva un mes, del 1 de marzo al 3 de abril. Sólo me resta invitar a todo el mundo a acudir, pues la entrada es gratuita.
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[1] Leonor Zozaya-Montes: “Educational Innovation: New Digital Games to Complement the Learning of Palaeography”, en Peter Stokes y Stuart Brookes (dirs.).: DigiPal V Symposium 2015: The Phantom Minuscule, Londres, King’s College London, 2015, https://www.digipal.eu/blog/digipal-v-programme/. También presenté una versión brevísima en Leonor Zozaya-Montes: “Digital Games for Learning. A Palaeography Project”, en EADH Day, European Association for Digital Humanities Symposium, Madrid, LINHD – Universidad Nacional de Educación a Dsitancia (UNED), 2015.
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