Algunas de mis últimas actividades

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Hace años que no escribo nada en este blog, y como hace tiempo hay personas suscritas que me preguntan qué es de mi vida, voy a comentar resumidamente algunas de mis actividades que muestran parte de mi carácter polifacético. Primero mencionaré mis acciones relacionadas con una injusticia que me obsesiona, y es la injusta invasión de Ucrania por parte del ejército ruso. En segundo lugar, me centraré en varias de mis actividades académicas laborales, vinculadas a la historia y la paleografía, que abarcan desde conferencias hasta publicaciones.

Foto del Blog Redacción.

Respecto a la guerra del gobierno ruso en Ucrania, todos los artículos que he escrito, en general, giran en torno al compromiso ético que como ciudadana del mundo siento por defender la paz y la democracia, con argumentos fundados, sobre el hecho de que desde mediados del siglo XX las entidades jurídicas mundiales más importantes consideren ilegítimo que el gobierno de un país (como Rusia) ordene invadir y bombardear un país soberano (como Ucrania). A partir de esas ideas, desarrollo diferentes argumentos. Uno de mis razonamientos versa sobre el uso correcto del lenguaje, pues molesta comprobar que ciertas personas dedicadas a la política y al periodismo hablen erróneamente de la «guerra de Ucrania», por lo que publiqué el artículo titulado «Llamen a las cosas por su nombre: la guerra rusa en Ucrania» en mi blog de Redacción (16/04/2022). Otra aportación, de menor peso por ser de estilo ensayístico teatral como pretexto para criticar las injusticias, se llamó «Tristes escenas: la UNESCO celebrará en Rusia su cumbre de junio de 2022, salvo si… ¡votan!” en el blog Teartres, unos días antes (08/04/2022). Por cierto, la UNESCO sigue sin celebrar esa cumbre mundial, que está como suspendida en el aire, pero tampoco ha cesado a Rusia como país presidente del comité.

Foto del blog Patrimonio Cultural.

Mi aportación más importante respecto al tema de la guerra de Rusia en Ucrania aborda, desde la perspectiva del patrimonio histórico cultural, qué establecen organismos internacionales tan importantes como la ONU y la UNESCO sobre la guerra, así como sus brazos culturales (ICCROM, ICAHM, ICOM), que han condenado tal invasión bélica, mientras que ICOMOS no la ha condenado explícitamente, según expliqué. Además, entre otras cuestiones, planteé el problema de que el patrimonio cultural inmaterial es el que más sufre con las guerras, pues su transmisión depende de las personas vivas (y el estudio de lo demás puede pertenecer a otros campos, como el de la arqueología, la etnología, antropología, etc.). El artículo se tituló “Actitudes ante la guerra rusa en Ucrania y el Patrimonio histórico cultural. De la Unesco a ICOMOS”, y lo publiqué en el blog de Hypotheses sobre Patrimonio Cultural (24/03/2022). Ese escrito tuvo bastante repercusión, lo que se debió, posiblemente, a que el afamado periódico The Conversation me publicó una versión breve y parcial de lo que ya convertido en nuevo texto se tituló “¿Ha condenado ICOMOS la invasión rusa y la destrucción del patrimonio ucraniano?“ (20/04/2022), lo cual, para mi sorpresa, se difundió tanto que llegó hasta Yahoo noticias. También tuvo repercusión en la cadena QPH Radio, cuyo enlace es este, por si alguien quiere escucharme leyendo la versión verbal en audio.

Foto del blog de CHADI.

Yendo ahora a aportaciones académicas sobre la historia de los archivos, organicé el congreso CHADI en verano de 2021 en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Fue un trabajo ímprobo pero muy satisfactorio en muchos sentidos. Algunos de sus resultados aún están en curso, como prolongación científica de aquella provechosa reunión, que mencionaré cuando y donde proceda.

En lo referente a las materias relacionadas con la paleografía y la escritura antigua, he tenido la fortuna de estar invitada a diversas actividades que me han honrado notablemente. En ese sentido, tuve la fortuna de estar invitada a hablar sobre transcripción paleográfica en el Seminario de formación sobre transcripción automatizada de fuentes manuscritas con eScriptorium de la Casa de Velázquez (Madrid, España) que se celebró en septiembre de 2021. En noviembre, me convidaron desde el Instituto de Estudios Canarios, situado en la isla de La Laguna, a impartir la conferencia sobre Biobibliografía del gran paleógrafo Agustín Miralles Carlo, dentro del ciclo referido a la renovación historiográfica canaria, grabada en el siguiente vídeo (desde el min. 1:09:18 hasta el final).

Ya en abril de 2022, tuve igualmente la fortuna de que me invitase la Asociación de Amigos del Archivo Histórico Nacional (España) a impartir la conferencia en línea titulada Paleografía de lectura y normas de transcripción: retos y problemas. Y, ya en julio, participé, haciéndome cargo de impartir las conferencias de un día completo, en la 1ª Escola de verão de paleografia, diplomática e sigilografia, del Centro de História da Sociedade e da Cultura (CHSC) de la Universidade de Coimbra (Portugal). Por cierto: sobre estas materias suelo divulgar información periódicamente en mi twitter público, @LeonorZozaya.

Foto del blog de Paleografía.

Para ir acabando, aludiré a las últimas publicaciones académicas de paleografía que deseo mencionar. Sin embargo, como este artículo -pretendidamente sucinto- está extendiéndose demasiado, sencillamente comentaré algo sobre mis aportaciones, e incluiré mediante notas al pie de página las referencias bibliográficas correspondientes.

Uno de mis estudios, que para mí es el más innovador de los tres -como su propio título delata- es el de “Paleografía experimental en un laboratorio de Paleografía. Propuesta de innovación docente”[1]. Este se complementa con otro, que versa sobre “La enseñanza de Paleografía: de las antiguas a las nuevas tecnologías y técnicas de estudio”, también del mismo año y editorial (Tirant humanidades, 2020)[2]. El último texto que citaré ahora está planteado para hacer divulgación científica, y se llama: “Nociones de paleografía, esa ciencia autónoma que estudia la escritura… escrita no sólo sobre materia blanda”, que está difundido libremente gracias a la revista brasileña que lo publicó, en un monográfico sobre paleografía, cuyo nombre es Laborhistorico (2021)[3]. Espero que les interese algo de lo aquí expuesto, que lo lean, y que les sirva para reflexionar y debatir sobre estos y otros asuntos.

 


[1] Leonor Zozaya-Montes: “Paleografía experimental en un laboratorio de Paleografía. Propuesta de innovación docente”, en Manuel Jesús Cardoso-Pulido, Juan Ramón Guijarro-Ojeda y Eugenio Maqueda-Cuenca (coords.): Reinventando la docencia en el siglo XXI, Valencia, Ed. Tirant humanidades, 2020, pp. 463-477.

[2] Leonor Zozaya-Montes: “La enseñanza de Paleografía: de las antiguas a las nuevas tecnologías y técnicas de estudio”, en Andrea Felipe-Morales, Raúl Cremades-García y Juan de Dios Villanueva-Roa (coords.): Docencia para el siglo XXI: avances metodológicos y nuevas estrategias, Valencia, Ed. Tirant humanidades, 2020, pp. 487-501.

 

 

 

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Acerca de Leonor Zozaya-Montes

Profesora en la ULPGC (España) e investigadora como Miembro Integrado del CHSC, Universidade de Coimbra (Portugal). Doctora en Historia. Profesora de Paleografía y materias afines. Ha publicado más de cuarenta estudios científicos. Es autora de páginas sobre paleografía, docencia, redacción, pedagogía y aprendizaje lúdico, lutería, inventos musicales, música popular de tradición oral, etc. En sus ratos libres se dedica a desarrollar facetas vinculadas con las artes y la cultura, relativas a la música, la escritura, la pintura... y el humor.

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